Este documento está referido a como la
cultura Aymara ancestral fue colonizada por creencias hispánicas; obliterando así la identidad cultural; no se trata
de la práctica intercultural; esto fue una imposición y una sumisión de
supervivencia; cabe destacar que se vivió un proceso de involución cultural;
teniendo como resultado de esta, las fiestas Patronales que respondieron a una casta dominante; claro ejemplo de esta obliteración
cultural es la Fiesta del Gran Poder.
Al hacer un análisis de la cultura
Aymara y sus rituales antes de la colonia; se podía apreciar una simbiosis
entre el ser humano y ser supremo representado por la Pachamama; constituye la
principal característica de los rituales. El agradecimiento a la productividad,
definiendo su cosmovisión agrocentrista “en
la medida en que sus relaciones sociales y económicas están organizadas
alrededor de la producción agrícola” (Mendoza D 2010 Anata o Carnaval
Andino); lleva el nombre de Anata que en el significado originario se traduce
como juego, esta celebración inicia con la familia principalmente para terminar
la Anata en Comunidad, en reciprocidad y complementariedad; en esta festividad
Aymara se nota claramente la transmisión de conocimientos, la constitución de
un ser supremo como la Madre Tierra, la economía, la ideología y políticas de
una comunidad organizada en bien de su producción; donde se formaban sujetos
con identidad hoy adormilados por la obliteración cultural que se desarrolló
desde el inicio. Los procesos de alienación encontraron su representación en
las fiestas patronales para convertirse en entradas folklóricas y llegar al
folklorismo; si bien el folklore era una representación que se acuño durante la
Republica; el proceso de obliteración que sufrió también el folklore nos lleva
a pensar en una definición de Folklorismo; carente de buenas costumbres, que
muestran la parte individualista que “ayuda
el estado de emotividad para ser más dueños del comportamiento colectivo” (Aranda
P 2014 La Entra del Gran poder); que añora ser parte de una Burguesía
Populista; esta festividad que arrastra a nuestros usos y costumbres originarias
al Folklorismo de status, de mostrarse con un disfraz, de apariencias, de
lujos, dinero que no se tiene y que se ostenta
Este escenario es pertinente analizar
bajo los hechos históricos culturales desde la realidad sustentándonos con el
aporte teórico científico pedagógico; para generar conocimientos propios; con
teorías desde la realidad sociocultural de una diversidad subjetiva ideológica
que tiene nuestra cultura; el hombre andino no es igual que el hombre occidental;
sus pensamientos difieren de la cultura occidental que desarrolla normas y
características que no se asemejan bajo las cosmovisiones de nuestra región. "El pensamiento del aymara, en
cambio, es un pensamiento seminal, que sigue el modelo del desarrollo biológico
acontecimientos y cosas se "producen" como en el reino de la flora y
la fauna brotan por la fuerza vital y generadora del universo divino
-Pachamama- crece, florecen, dan fruto y se multiplican cuando las condiciones
son favorables y cuando son cultivados con cariño y comprensión” (Mendoza D
2010 Anata o Carnaval Andino). Al analizar los hechos desde los acontecimientos
culturales nos darán una lectura
científica de la realidad y de las
subjetividades de las personas; de esa manera estaremos pensando la cultural
desde Bolivia para el mundo.
Analizando la historia de este evento ostentoso,
para ir escudriñando la obliteración cultural que hoy se vive. “Era la
fiesta del Tata Gran Poder y la celebración estaba focalizada en esa zona,
luego nacieron Los maquineros (comerciantes que durante años trajeron las
máquinas Singer)”(Quispe J La Razón, Gran Poder, un Legado de los primeros
migrantes a La Paz); las primeras fraternidades estaban compuestas
de dos familias de bordadores reconocidos, que representa a la urbe paceña, una
fraternidad de la región de Chuchulaya que representa al pueblo Aymara y una
fraternidad de lustrabotas los cebollitas que representan a la clase baja; en
ese entonces era una fiesta de barrio. Al paso de los años se aumentaron las
fraternidades venidos de diferentes regiones desplazando en muchos casos sus
propias fiestas y orígenes; porque bailar en esta entrada es un sacrificio
económico inimaginable que no todos pueden acceder; pero para mantener la buena
imagen se sacrifica a la familia entera para darse un gusto superficial. Que
hace de las fiestas de los fieles devotos movidos por su falsa fe; lo han
convertido en su negocio a costillas de la cultura, escudándose en que se lo
hace para mostrar la riqueza cultural del País, y lo único que muestran es la
pobreza social que existe en el país
olvidándose en todo momento de lo que es el folklore; dando paso al folklorismo
representado en los bailarines que se disfrazan; sin entender el significado de
cada una de las danzas típicas que se muestran.
Es una competencia entre fraternidades
que cada año deben superar al nuevo pasante; ostentando grupos internacionales,
prestes que duran meses y los trajes cada vez más caros; siendo un lujo bailar
en el Gran Poder. Pero en estos últimos años surgió un fenómeno social
interesantes; esta fiesta ya no es solo de los comerciantes, también se sumó a
esta la Burguesía Paceña que gusta del populismo como medio para escalar
políticamente. El ideario baile en torno a la devoción supuesta; fortalece el colonialismo
interno que desangro a nuestros pueblos y se impuso por encima de las creencias
y como una enfermedad maligna oblitera los usos y costumbres ancestrales. No se
puede hablar de descolonización si se sigue arraigando estas obliteraciones culturales; que lo único que sigue fomentando
es la discriminación, el poder económico que tienen algunas familias y usar al folklor
para fines lucrativos y de ostentación del poder.
Pero las religiosidades occidentales profesan
“la unidad familiar”, “ama a tu prójimo como a ti mismo”, “Dios es amor” y los
clichés que usan para concientizar a sus feligreses; pero a partir de sus creencias
se relacionan a las fiestas patronales
carentes de sentido religioso. Porque cuando los sujetos están sumidos en las
borracheras desenfrenadas lo último que se acuerdan es de su devoción; se puede
ver que al finalizar “La Entrada del Gran Poder”, hay peleas, hay engaños, practica
de anti valores que tiene una sociedad; y todo ese discurso religioso queda en
palabras porque sus fieles devotos no actúa de manera coherente.
Por las fiestas patronales todo está permitido
“la ostentación en el vestir se completa
con el derroche en la bebida y la demostración amenazante que se puede romper
con una norma social de sobriedad” (Aranda P 2014 La Entra del Gran poder);
entonces que tipos de sujetos se desarrolla de esta obliteración cultural que
se hace cada año para mostrar el poder económico de un grupo de fraternidades;
estamos formando sujetos individuales, carentes
de identidad, que buscan el poder porque saben que es el único modo de
controlar a la sociedad; todos aquellos sujetos que se formaron en este
ambiente social y que sigan las tradiciones folkloristas de su familia muy
difícilmente podrá posesionarse como sujetos con identidad que trascienda en la
realidad.
Las manifestaciones seudoculturales, que
pretende disfrazar la realidad obliterar del “El Gran Poder”, con “colores y alegría”; mostrando la careta
de una fiesta armoniosa que pasa por el eje central de la hoyada; ocultando la
verdadera cara de la festividad; esta cara que no es muy bien percibida porque se
sufre de una ceguera colectiva que imposibilita ver la esencia folklorisada;
pero la población que si hace una lectura de esta realidad define a la misma
con comentarios racistas y discriminatorios; como: “estos cholos con plata”,
“después dicen que no hay plata”, “privan a sus hijos de una buena alimentación
y educación”; que subjetividad negativa se desarrolla en las personas que
critican duramente a estas festividades patronales; el rencor a este estilo de
vida, la vergüenza de ser parte de una sociedad folklorista y que no se sientan
identificado culturalmente.
Las prácticas culturales pierden el valor subjetivo de la re significación
cultural; la cultura se hizo el negocio de pocos; de ahí viene el término “no
cualquiera puede bailar en esta fiesta”; entonces se realiza una selección de “devotos”, para que de manera
ostentosa muestren su “fe”: ya sea que se ganan ese puesto por legado familiar,
por tener recursos, por ser una autoridad y por pagar derecho de piso en las
diferentes fraternidades; recién pueden ser dignos de mostrar su “fe y
devoción”; esa festividad que concentraba diferentes sectores sociales; que promovía
la fundación de fraternidades que realzaban las danzas típicas y la unión colectiva
de un desclasado social quedo en el recuerdo de antaño.
El Gran Poder es la muestra seudocultural
que la sociedad se arraiga a conservar y perpetuar, el día que se convierta en
un patrimonio oral e intangible de la humanidad, podremos reflexionar que la
riqueza cultural; es el sinónimo de la caída moral de una sociedad
“conservadora”; el mundo vera que seguimos bajo el yugo del
colonialismo.
Entonces que es en realidad la fiesta
del gran poder; es solo una fiesta desenfrenada en nombre de la “devoción” que
oblitera la cosmovisión de los pueblos indígenas Aymaras; porque estos añoran
la otredad del status efímero social; dejan sus usos y costumbres para sumirse
en el descontrol y en los placebos que ofrece un sector social que confunden a
la inmoralidad, la competencia ostentosa y los antivalores con lo fraterno. De esa
manera cada año la cosmovisión de la obliteración cultural de La Entrada del Gran Poder se constituye como patrimonio
intangible de la Burguesía Populista”
BIBLIOGRÁFICA.
Aranda P. 2014 La Entra del Gran poder disponible
en http://cepbo.blogspot.com/
Mendoza D 2010 Anata o Carnaval Andino
disponible en http://WWW.TurismoRuralbolivia.com
Quispe J La Razón,
Gran Poder, un Legado de los primeros migrantes a La Paz disponible en http://www.la-razon.com/
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